sábado, 31 de agosto de 2013

Unidad 3

Unidad 3 Artes Visuales

 Competencia intermedia

Aplicar los elementos del lenguaje visual para la lectura de obras artísticas con énfasis en obras relacionadas con la medicina.

3.1 El lenguaje visual

En los capítulos anteriores hemos visto algunas herramientas básicas para la interpretación de las obras de arte entendidas como textos (composiciones de signos con base en un lenguaje específico). Estos elementos son:

a) Tema y subtemas

b) Lenguaje (signos y símbolos, figuración y abstracción)

c) Composición (estructura)

 Para entender el lenguaje específico de las artes visuales, las cuales se caracterizan por ser percibidas a través del sentido de la vista (en el caso de la escultura interviene también el sentido del tacto), es necesario aclarar de qué tipo de signos está conformado tal lenguaje.

Sabemos que a través de la vista percibimos imágenes. Sin embargo, debemos hacer una primera distinción entre las imágenes mentales y las imágenes materiales, las cuales se caracterizan por tener un soporte físico. No es lo mismo “imaginar” una silla (imagen mental), que verla representada en un soporte, tal como papel, tela, piedra, madera, etcétera, en el cual esta representación ha sido fijada a partir de una técnica o proceso de producción, como lo es la pintura al óleo, la acuarela, el dibujo, el grabado, el tallado, la fotografía, etcétera.

El lenguaje de las artes visuales atiende a los signos presentes en las imágenes materiales, las cuales, como dijimos antes, se caracterizan por ser percibidas con el órgano de la vista y, además, por tener un soporte físico y ser producidas a partir de una técnica. Con ello se establece una diferencia en relación a la música (percibida a través del sentido del oído), así como al cine y al teatro (considerados artes audiovisuales). Tanto las artes plásticas, como los otros tres casos mencionados (música, cine y teatro), poseen lenguajes específicos, de acuerdo al tipo de signos presentes en las obras en cada uno de los géneros.

3.2 Elementos básicos del lenguaje en las Artes Plásticas

Una de las contribuciones históricas más importantes en el estudio del lenguaje de la plástica es el libro Punto y línea sobre el plano, de Wassily Kandinsky, publicado en 1926, durante el tiempo en que trabajó como profesor en la escuela Bauhaus, de lo cual se habló ya en la unidad anterior.

De acuerdo a Kandinsky, toda composición se articula con base en las tensiones dinámicas surgidas de la combinación de tres elementos básicos: el punto (como elemento primigenio de una tensión en reposo), la línea (como fuente de energía direccional) y el plano (como campo donde se organizan y componen las tensiones). Para Kandinsky, esas tensiones deben responder a los impulsos surgidos de una necesidad interior libre, no referencial, sustentada exclusivamente en su propio lenguaje (el de los elementos básicos y el color como poseedor y evocador de sonidos y emociones).

De estas teorías surgieron una serie de pinturas de claro rigor geométrico, en las que Kandinsky conjugaba equilibradamente puntos de configuraciones y tamaños diversos con elementos lineales de características diferentes, combinados con los colores primarios y sus complementarios.

A partir del desarrollo de las ideas y la obra de Kandinsky y de otros artistas y teóricos del arte del siglo XX, podemos pensar en las imágenes visuales materiales, presentes en las artes plásticas, como composiciones organizadas de acuerdo a unidades básicas de lenguaje, tales como punto, línea, contorno, textura, color, etcétera.

a) Punto

Desde el punto de vista científico, el punto representa un concepto abstracto que indica con precisión exacta la ubicación de un encuentro, una intersección, etcétera. En el lenguaje de las artes plásticas, el punto es una superficie materializada, es decir, reconocible por el ojo humano. Es la unidad mínima de comunicación visual, el elemento básico del lenguaje de la plástica.

El punto es, entonces, un elemento material; tiene tamaño, ocupa una superficie sobre el plano, tiene límites que lo separan y lo distinguen de otros elementos y posee tensiones internas. Podemos afirmar que el punto es tensión en sí mismo.

El punto es percibido como tal en relación al plano que lo contiene y a los elementos que lo rodean.

Su forma externa es variable; puede ser circular, triangular, cuadrada o una simple mancha sin características geométricas.

El punto resulta en muchos casos del choque del instrumento o herramienta (lápiz, punzón, pincel, pluma, aguja, etcétera) con el soporte material (papel, madera, tela, metal, etcétera).

No es necesario que el punto esté representado gráficamente para tomar fuerza, ya que en cualquier figura su centro geométrico puede constituir el centro de atención.

Como ya dijimos, el tamaño y la forma del punto varían, por lo que es importante tener en cuenta que un punto es tal en relación a los otros elementos y puede transformarse en plano o figura según su escala en relación al contexto.

El punto puede ser definido también por su color y, sobre todo, por el dinamismo que refleja, dependiendo de dónde se encuentre situado dentro del plano.

Algunas características del punto:

* Tiene un gran poder de atracción cuando se encuentra solo.

* Puede producir sensación de tensión cuando se añade otro punto.

El punto posee significación como:

  • Centro de atención.
  • Referencia de posición.
  • Indicador.
  • Concentrador de tensión.
  • Eje.
  • Figura unitaria, etc.

 b) Línea

 La línea puede ser considerada como el trazo que deja un punto al moverse en el espacio o como la unión de dos o más puntos. Su presencia crea tensión y afecta a los diferentes elementos que conviven con ella. Por tratarse de un punto en movimiento, tiene una enorme energía, nunca es estática. Es el elemento visual básico del boceto.

La línea separa planos, permitiendo delimitar áreas y crear diferentes niveles y volúmenes. La repetición y proximidad de líneas pueden dar apariencia de volumen y crear texturas. La línea posee, además, una gran capacidad expresiva, ya que puede conformar contornos, señalar la dirección de lectura (provocando que el espectador dirija su vista a algún punto) crear movimiento, etcétera, dependiendo de sus diferentes grosores y valores.

En la composición de la obra o texto visual, la línea posee la misma importancia que la letra en el texto escrito.

Los elementos de la línea que con mayor facilidad podemos analizar y percibir son:

  • El espesor.
  • La longitud.
  • La dirección.
  • La forma.
  • El color y
  • La cantidad.

 También puede hacerse una distinción entre la línea continua y la línea conformada de puntos. Otro elemento importante es la naturaleza de los bordes (irregulares o lisos).

La línea puede expresar cosas muy diferentes dependiendo de su carácter. Puede ser ondulada, delicada, vacilante, inflexible, fría o sensual, expresando la intencionalidad del artista o su momento personal en el acto de creación.

c) Contorno

Hablamos de contorno cuando el trazo de la línea se une en un mismo punto. En la terminología de las artes visuales se dice que la línea articula la complejidad del contorno. Cuando la línea cierra un determinado espacio se crea una tensión entre el espacio y sus límites.

El contorno provoca una delimitación entre dos zonas: una acotada (figura) y otra infinita (fondo).

El contorno puede ser:

* Geométrico: construido matemáticamente (lo encontramos en las construcciones humanas).

* Orgánico: conformado por curvas libres que sugieren fluidez y desarrollo (es propio de la naturaleza).

* Rectilíneo: limitado por líneas rectas que no están relacionadas matemáticamente.

* Irregular: uniones de rectas y curvas.

* Manuscrito: caligráfico.

d) Textura

Se denomina textura al tratamiento que el artista da a una superficie a través de los materiales. Con frecuencia, sirve para expresar visualmente las cualidades de otro sentido: el tacto.

El primer análisis de textura que realiza el ojo por medio de la percepción, queda reafirmado o contrastado a través del tacto, que nos transmite otra información. Por lo general, la textura se produce mediante la repetición de luces y sombras en un espacio plástico o a través de motivos iguales o similares que se repiten en el soporte material.

La textura puede ser:

a) Visual, cuando sugiere diferencias sobre una superficie que sólo pueden ser captadas por el ojo, pero no responden al sentido del tacto.

b) Visual y táctil, cuando hay una textura real en la que coexisten las cualidades táctiles y ópticas por separado, permitiendo una sensación individual al ojo y a la mano, aunque ambas sensaciones sean proyectadas en un significado fuertemente asociativo.

La textura, junto con la luz, es el elemento clave en la percepción del espacio por su capacidad para orientar la visión estereoscópica. Con todo, la mayor parte de nuestra experiencia textural es óptica, no táctil. Mucho de lo que percibimos como textura está pintado, fotografiado, filmado, etcétera, simulando una materia que realmente no está presente.

Este fenómeno se da también en la naturaleza, ya que muchos animales adoptan o presentan el aspecto de aquello que les rodea. Para defenderse de los enemigos, se confunden con la textura de contexto.

e) Color

El color en sí no existe, no es una característica del objeto, sino una apreciación subjetiva nuestra. Por tanto, podemos definirlo como la sensación que se produce cuando el ojo y sus mecanismos nerviosos son estimulados por la energía luminosa de ciertas longitudes de onda.

El color es, entonces, un fenómeno de la visión que resulta de la percepción del ojo humano ante las distintas longitudes de onda que componen lo que se denomina el espectro de luz. Los colores que el ojo humano puede percibir son aquellos cuya longitud de onda está comprendida entre los 400 y los 700 nanómetros. Más allá de estos límites siguen existiendo radiaciones, pero ya no son percibidos por nuestros órganos de visión.

Lo que ocurre cuando percibimos un objeto de un determinado color, es que la superficie de ese objeto refleja una parte del espectro de luz blanca que recibe y absorbe lo demás.

La luz blanca está conformada por tres colores básicos: rojo, verde y azul. Un objeto de color rojo absorbe el verde y el azul y refleja el resto de la luz, que es interpretado por nuestra retina como color rojo.

Este fenómeno fue descubierto en 1666 por Isaac Newton, quien observó que cuando un haz de luz blanca traspasa un prisma de cristal, dicho haz se divide en un espectro de colores idéntico al del arco iris: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y violeta.

En el lenguaje de la plástica, el color no es un simple atributo que recubre la forma de los objetos en busca de fidelidad en la reproducción. A pesar de que, sin el color, la forma permanece, con frecuencia lo que se desea transmitir es el color mismo, o aquello que sólo puede expresarse por medio de éste.

 Los colores primarios son aquellos que se consideran absolutos, ya que no pueden crearse mediante la mezcla de otros colores. Sin embargo, mezclar los primarios en diversas combinaciones crea un número infinito de colores.

Dependiendo del ámbito, podemos encontrar tres juegos de colores primarios:

1.  Los artistas plásticos parten de un juego formado por el rojo, el amarillo y el azul. Mezclando pigmentos de estos colores pueden obtenerse todos los demás tonos.

  1. El segundo juego de primarios es el del rojo, verde y el azul, conocidos como primarios aditivos. Son los primarios de la luz y se utilizan en el campo de la ciencia o en la formación de imágenes en los monitores de las computadoras o la televisión  (videoarte). Si se mezclan en distintos tantos por ciento, forman otros colores, y si lo hacen en cantidades iguales producen la luz blanca.
 
  1. El tercer juego de primarios se compone de magenta, amarillo y cyan (azul celeste). Se tratan de los primarios sustractivos y son los empleados por los impresores. En imprenta, la separación de colores se realiza utilizando filtros para restar luz de los primarios aditivos, con lo que se obtienen los colores de impresión por proceso sustractivo.

El tono:

Es el matiz del color, es decir, el color en sí mismo. Supone su cualidad cromática. Define la mezcla de un color con el blanco y el negro. Está relacionado con la longitud de onda de su radiación. Según su tonalidad, se puede decir que un color es rojo, amarillo, verde.

De acuerdo con sus cualidades expresivas, podemos hablar de:

Tonos cálidos (rojo, amarillo y anaranjados): aquellos que asociamos con la luz solar, el fuego, etcétera.
Tonos fríos (azul y verde): aquellos que asociamos con el agua, la luz de la luna, etcétera.

Los términos cálido y frío se designan por lo que denominamos temperatura de color. Las diferencias entre los colores cálidos y los fríos pueden ser muy sutiles. El papel blanco puede parecer más cálido o más frío a partir de una leve presencia de rojo o azul. Lo mismo ocurre con el gris y el negro.

La brillantez:

Es la intensidad o el nivel de energía. Es la luminosidad de un color, su capacidad de reflejar el blanco, es decir, el brillo. Alude a la claridad u oscuridad de un tono. Es una condición variable que puede alterar fundamentalmente la apariencia de un color. La luminosidad puede variar añadiendo negro o blanco a un tono.

La saturación:

Está relacionada con la pureza cromática o falta de dilución con el blanco. Constituye la pureza del color respecto al gris y depende de la cantidad de blanco presente. Cuanto más saturado está un color, más puro es y menos mezcla de gris posee.

Los colores menos saturados transmiten sensaciones tranquilas y suaves; por el contrario, los colores más saturados transmiten tensión.

El color luz:

Los bastones y conos del órgano de la vista están organizados en grupos de tres elementos sensibles, cada uno de ellos destinado a cada uno de los colores primarios del espectro: azul, verde y rojo, del mismo modo que un monitor en color.

Cuando vemos el rojo es porque se ha excitado el elemento sensible a esta longitud de onda. Cuando vemos amarillo es porque se excitan a un tiempo el verde y el rojo, y cuando vemos azul celeste (cyan), es que están funcionando simultáneamente el verde y el azul (azul violeta).

Del mismo modo pueden obtenerse colores terciarios en los que las tres luces primarias actúan a la vez en distintas proporciones y hacen posible que, por ejemplo, en un monitor se perciban una enorme cantidad de valores cromáticos distintos.

Este proceso de formación de colores a partir del trío básico (azul, verde y rojo) es lo que se conoce como síntesis aditiva, y en ella cada nuevo color secundario o terciario se obtiene por la adición de las partes correspondientes de los tres fundamentales, siendo cada una de las sumas de color más luminosas que sus partes, con lo que se explica el que la mezcla de los tres permita la obtención del blanco, que es por definición el color más luminoso.  

El color pigmento:

A diferencia de expresiones como el video de arte, en las cuales el color se maneja a partir de luces, en una pintura el artista no utiliza la luz para manejar el color, sino tintas, lápices, acuarelas, óleos, etc. En estos casos, de lo que estamos hablando es del pigmento. Cuando hablamos del color pigmento nos referimos a sustancias que son aplicadas sobre cierta superficie para sustraer a la luz blanca parte de su composición espectral. Este proceso se denomina síntesis sustractiva  y a partir de él es más sencillo prever el color resultante (el azul + el amarillo originan el verde, el rojo + el amarillo originan el naranja).
 
 

3.3 Elementos básicos de composición en las Artes Plásticas

 a) Dimensión

 La dimensión es la representación del volumen de un objeto bidimensional o plano (pintura, fotografía, dibujo, etcétera). La dimensión existe en el mundo real, podemos sentirla y verla con nuestra visión estereoscópica, pero en las representaciones bidimensionales no existe realmente, sino que está implícita y depende de nuestra ilusión. Un apoyo fundamental para simular dimensión es la técnica de la perspectiva.

b) Escala

Es el tamaño de algo en relación con una constante. Por ejemplo, el cuerpo humano en relación con el tamaño usual de un objeto (manzana, pelota de futbol). Los objetos visuales se definen y modifican unos a otros a partir de sus relaciones de tamaño. Una manzana es enorme en relación a un insecto, pero pequeña en relación a un árbol.

c) Proporción

Es la relación de tamaño de las partes en un todo. En este caso, si el cuerpo humano es el todo, las extremidades deberán guardar cierta proporción en relación al tronco, a la cabeza, etcétera.

Uno de los más famosos dibujos de Leonardo da Vinci es el llamado Hombre de Vitruvio (ver pág. 54). En él, un círculo y un cuadrado son la base de las proporciones de la figura humana. Este dibujo se ha convertido en un auténtico símbolo, ya que recoge varias de las ideas claves del pensamiento renacentista: el hombre como medida de todas las cosas, la belleza ajustada a cánones, el equilibrio y la proporción en la representación artística de los objetos de la naturaleza, etcétera.

d) Ritmo

Al igual que el ritmo musical, el ritmo visual opera cuando existe una repetición de elementos de acuerdo a un orden. El ritmo puede ser repetitivo, ofrecer variaciones sobre un tema básico o indicar un desarrollo progresivo.

e) Equilibrio

Es la relación ordenada de las fuerzas opuestas. La atracción y tensión de las fuerzas opuestas es una condición básica de la vida. La falta de equilibrio es contraria a nuestro sentido del orden. En el campo de la medicina, equilibrio y falta de equilibrio se asocian con los conceptos de salud y enfermedad.

Existen dos tipos de equilibrio: el simétrico y el asimétrico.

Si dividimos una imagen en dos, el equilibrio simétrico se produce cuando encontramos igualdad de peso y tono en ambos lados de la composición, y el equilibrio asimétrico cuando no existe las mismas dimensiones (ya sea de tamaño, color, etcétera) en ambos lados, pero aún así existe armonía entre los elementos.

f) Contraste

Es la interacción de elementos contrarios que expresan la dualidad en sus opuestos. Por ejemplo: largo y corto, áspero y suave, blanco y negro. El contraste atrae la atención del receptor, dramatiza y dota de significado a la imagen, aportando dinamismo.

Un ejemplo contemporáneo de contraste es cierto tipo de escritura en blogs y fotologs, en la cual se intercalan letras mayúsculas y minúsculas con el único fin de atraer visualmente y crear dinamismo. Un lunar o un piercing provocan una ruptura en el equilibrio simétrico propio del rostro humano, contrastando el lado izquierdo con el derecho y provocando una dramatización dinámica de su imagen.

El contraste puede conseguirse a través de múltiples articulaciones:

1. Contraste de líneas: Cuando en una composición se contraponen líneas gruesas y delgadas, cortas y largas, etcétera

2. Contraste de tono: Contrastes de luz y sombra en la superficie de los objetos establecen  contrastes tonales. El mayor peso tonal lo tendrá aquel elemento que posea mayor oscuridad o intensidad tonal.

3.  Contraste de colores:

  • Contraste de tono (cuando encontramos diversos tonos cromáticos).
  • Contraste de claro/oscuro (los extremos están representados por el blanco y el negro).
  • Contraste de saturación (se produce por la modulación de un tono puro saturado con blanco, con negro, con gris o con un color complementario; lo que se contrasta aquí es la brillantez).
  • Contraste de cantidad (contraposición de lo grande y lo pequeño, de tal manera que ningún color tiene preponderancia sobre otro en la composición).
  • Contraste simultáneo (se produce por la influencia que cada tono ejerce sobre los demás al yuxtaponerse a ellos en una composición).
  • Contraste entre complementarios (el color complementario es el que se sitúa en el lugar exactamente opuesto de la rueda de colores).
  • Contraste entre tonos cálidos y fríos.

4. Contraste de contornos: Entre contornos regulares e irregulares, orgánicos y geométricos.

5.  Contraste de textura: Cuando se yuxtaponen diferentes tipos de textura, como áspera y suave.

6. Contraste de escala: Contraposición de elementos a diferentes escalas o que presentan proporciones irreales.

domingo, 18 de agosto de 2013

Actividades Unidad 2


Ejercicios

 PRIMERA PARTE

I. Lenguaje

1. Realiza un dibujo que represente tu estado de ánimo actual
2. Dibuja un objeto que funcione como símbolo del amor
3. Describe una escena o situación que incluya un signo de amor
4. Busca en Internet la imagen de un cuadro famoso, pégala en una página, nseguida menciona todos los signos y símbolos que encuentres y explica los más importantes (no se aceptarán fotocopias
5. Lee atentamente el siguiente texto escrito y a continuación anota lo siguiente:
a) El tema y los subtemas
b) Los signos estéticos que encontraste (explícalos) 

La migala
 
Por: Juan José Arreola
(México, 1918-2001)
 
La migala discurre libremente por la casa, pero mi capacidad de horror no disminuye.
 
El día en que Beatriz y yo entramos en aquella barraca inmunda de la feria callejera, me di cuenta de que la repulsiva alimaña era lo más atroz que podía depararme el destino. Peor que el desprecio y la conmiseración brillando de pronto en una clara mirada.
 
Unos días más tarde volví para comprar la migala, y el sorprendido saltimbanqui me dio algunos informes acerca de sus costumbres y su alimentación extraña. Entonces comprendí que tenía en las manos, de una vez por todas, la amenaza total, la máxima dosis de terror que mi espíritu podía soportar. Recuerdo mi paso tembloroso, vacilante, cuando de regreso a la casa sentía el peso leve y denso de la araña, ese peso del cual podía descontar, con seguridad, el de la caja de madera en que la llevaba, como si fueran dos pesos totalmente diferentes: el de la madera inocente y el del impuro y ponzoñoso animal que tiraba de mí como un lastre definitivo. Dentro de aquella caja iba el infierno personal que instalaría en mi casa para destruir, para anular al otro, el descomunal infierno de los hombres.
 
La noche memorable en que solté a la migala en mi departamento y la vi correr como un cangrejo y ocultarse bajo un mueble, ha sido el principio de una vida indescriptible. Desde entonces, cada uno de los instantes de que dispongo ha sido recorrido por los pasos de la araña, que llena la casa con su presencia invisible.
 
Todas las noches tiemblo en espera de la picadura mortal. Muchas veces despierto con el cuerpo helado, tenso, inmóvil, porque el sueño ha creado para mí, con precisión, el paso cosquilleante de la aralia sobre mi piel, su peso indefinible, su consistencia de entraña. Sin embargo, siempre amanece. Estoy vivo y mi alma inútilmente se apresta y se perfecciona.
 
Hay días en que pienso que la migala ha desaparecido, que se ha extraviado o que ha muerto. Pero no hago nada para comprobarlo. Dejo siempre que el azar me vuelva a poner frente a ella, al salir del baño, o mientras me desvisto para echarme en la cama. A veces el silencio de la noche me trae el eco de sus pasos, que he aprendido a oír, aunque sé que son imperceptibles.
 
Muchos días encuentro intacto el alimento que he dejado la víspera. Cuando desaparece, no sé si lo ha devorado la migala o algún otro inocente huésped de la casa. He llegado a pensar también que acaso estoy siendo víctima de una superchería y que me hallo a merced de una falsa migala. Tal vez el saltimbanqui me ha engañado, haciéndome pagar un alto precio por un inofensivo y repugnante escarabajo.
 
Pero en realidad esto no tiene importancia, porque yo he consagrado a la migala con la certeza de mi muerte aplazada. En las horas más agudas del insomnio, cuando me pierdo en conjeturas y nada me tranquiliza, suele visitarme la migala. Se pasea embrolladamente por el cuarto y trata de subir con torpeza a las paredes. Se detiene, levanta su cabeza y mueve los palpos. Parece husmear, agitada, un invisible compañero.
 
Entonces, estremecido en mi soledad, acorralado por el pequeño monstruo, recuerdo que en otro tiempo yo soñaba en Beatriz y en su compañía imposible.
 
Juan José Arreola nació el 21 de septiembre de 1918 en Zapotlán, México. A los once años empezó a trabajar como encuadernador y a los 15 escribió sus primeros textos literarios. Después de tres años se instaló en México D.F. y se inscribió en la Escuela Teatral de Bellas Artes. Autodidacta como era, publicó su primera obra: Sueños de Navidad, y posteriormente trabajó como maestro, periodista y corrector. En 1952 publicó su gran obra: Confabulario, con la que recibió varios premios. Fue además de profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México y editor, uno de los referentes más importantes de micro-ficción por haber incluido conversaciones literarias y juegos de escritura en sus textos. Murió el 3 de diciembre de 2001 en Guadalajara.
 
 

6. Busca una imagen o texto visual (puede ser una fotografía) pégala en la página y a continuación señala el tema y los subtemas (no se aceptarán fotocopias, no se aceptarán textos escritos).

SEGUNDA PARTE
 
7. Elige un objeto y represéntalo por medio de dos dibujos. El primero de ellos deberá ser figurativo, es decir, imitará en lo posible su aspecto real. El segundo de ellos será abstracto, con esto se te pide que dibujes el mismo objeto intentando abstraer alguna de sus características, su esencia, o cualquier idea o imagen que para ti lo represente.

8. Explica el dibujo abstracto que realizaste y señala su relación con el figurativo

9. Elabora un resumen de la historia del arte abstracto en el siglo XX

10. Describe el edificio de la ciudad que más te gusta y señala la diferencia entre su estructura y su textura.


11. Si vemos al cuerpo humano como una obra de arte, ¿cómo describirías su unidad orgánica?

12. Busca una fotografía artística en una revista o en Internet, pégala en esta página y analiza los elementos formales de su ESTRUCTURA que se te piden a continuación.
a) ¿Hay unidad orgánica en tu imagen?, sí o no y por qué:

b) ¿Cuál es el tema de la imagen?
c) ¿Encuentras variación temática? Descríbela.
d) ¿Hay algún tipo de contraste en la foto? Descríbelo
e) ¿Cuál es el interés de esta imagen?, ¿por qué la elegiste?

13. Análisis de una película

Observa atentamente la película que se verá en clase o que se dejará de tarea y realiza una lectura de ella de acuerdo a cada uno de los puntos que se vieron en esta unidad.
I. Contenido
a) Tema y subtemas:
II. Lenguaje
a) Signos:
b) Símbolos:
III. Estructura
a) Unidad (¿tiene unidad?, ¿en qué se basa?, ¿tema y variaciones?, ¿contrastes?, ¿gradación?)
b) Ritmo (intenta describirlo)
c) Manejo del tiempo (cronológico, fragmentado, lineal con retrospecciones, etc.)
IV. Interpretación personal del filme y comentarios finales

lunes, 4 de febrero de 2013

Unidad 1



Unidad 1. El arte

Competencia intermedia

Analizar la obra artística como una expresión cultural para elaborar una definición propia del arte.

1.1 El concepto de arte

El concepto de arte ha variado a lo largo de la historia. En el mundo griego, el arte no comprendía solamente las llamadas bellas artes, sino también los oficios manuales, ya que de acuerdo a su mentalidad, el arte se relacionaba tanto con la habilidad manual, como con la mental. Por este motivo, los médicos, al lado de los carpinteros, escultores y pintores, eran considerados demiurgos, término que alude a los actuales artesanos y artistas por igual. Cabe señalar que en el mundo griego no existía la distinción que hacemos actualmente entre ellos.

Galeno, padre de la medicina, definió el arte como un conjunto de preceptos universales, adecuados y útiles, que sirven a un propósito establecido.

En esa época de la historia occidental, las artes se clasificaban de acuerdo a su utilidad y a su práctica. Las que requerían de un esfuerzo mental eran llamadas artes liberales. Por su parte, las que exigían un esfuerzo físico eran denominadas artes vulgares. La práctica de la medicina era considerada una actividad dentro de las artes liberales.

Las artes liberales eran percibidas como infinitamente superiores a las comunes o vulgares en el mundo grecorromano. El arte de un escultor o un pintor, por ejemplo, se consideraba vulgar, mientras que el médico era un artista más importante y respetado.

En la Edad Media continúa considerándose al arte como una habilidad o destreza cuya importancia reside en su utilidad. En esta época se institucionaliza la clasificación de las artes y se hace una distinción entre artes liberales y artes mecánicas. Así, por ejemplo, la arquitectura y las actuales artes plásticas forman parte de las denominadas artes mecánicas, inferiores respecto a las artes liberales, tales como la gramática, la lógica, la retórica, la aritmética, la geometría, la astronomía, la música y, por supuesto, la medicina.

En el siglo 12, Radulf de Campo Lungo, “el ardiente”, clasificó las artes de la siguiente manera:

Ars victuaria: artes relacionadas con la alimentación.

Ars lanificaria: artes relacionadas con el vestido.

Architectura: arte relacionada con el cobijo.

Ars suffragatoria: arte relacionada con los medios de transporte.

Ars negotiatoria: arte de intercambiar mercancías.

Ars militaria: arte de defenderse del enemigo.

Medicina: arte de curar las enfermedades.

Por su parte, también en el siglo 12, Hugo de San Victor las clasificó como: Lanifium, Armatura, Navigatio, Agricultura, Venatio, Theatrica y Medicina.

El arte de la poesía no aparece en estas clasificaciones, ya que es considerada un tipo de filosofía o profecía. Tampoco aparecen la pintura ni la escultura, debido a que la utilidad de las artes visuales es considerada como algo marginal.

Es en el Renacimiento cuando empieza a hacerse una distinción entre las bellas artes y los oficios. La belleza comenzó a valorarse y los artistas empezaron a ver una diferencia entre su actividad y la de los artesanos, considerando que la suya (la artística) era superior.

Tomando como ejemplo la escultura, vemos que a finales del s. XV, Angelo Poliziano, en su Enciclopedia, utilizó cinco conceptos para definir a los escultores: statuarii (quienes trabajaban la piedra), caelatores (metal), sculptores (madera), fictores (arcilla), encausti (cera). Fue en el s. XVI cuando se denominó escultores a todos los que trabajaban con los distintos materiales.

Aún cuando en el Renacimiento las obras de los escultores continuaban relacionándose con la destreza, se les denominaron arti de disegno, ya que el diseño (el dibujo) era lo que tenían en común. Sin embargo, y aunque en el s. XV se intentó, no había una relación conceptual que uniera las artes de diseño a la música, la poesía y el teatro, conformando un todo coherente.




A fines del s. XVI, Marsiglio Ficino, director de la Academia Platónica de Florencia, incluyó dentro de las artes liberales a la arquitectura, la pintura y la poesía, argumentando que es la música la que inspira a los creadores, oradores, poetas, escultores y arquitectos.

En 1555, Giovanni Pietro Capriano definió como artes nobles a la poesía, la pintura y la escultura, argumentando que son más perfectas, nobles y duraderas que otras.

En 1572, Lodovico Castelvetro hizo una distinción entre las artesanías, que producen objetos útiles que el hombre necesita, y las artes (pintura, escultura y poesía), que sirven para mantener la memoria de las cosas o de los acontecimientos.

En el s. XVI, se consideró que el elemento común de las artes era la armonía, la cual representa una fuente de placer para el espectador, agregando la idea de que actúa por medio de la belleza.

No fue sino hasta el siglo XVIII cuando Charles Batteaux habló por primera vez de las Bellas Artes, considerando que eran 5 en total: pintura, escultura, música, poesía y danza, a las cuales añadió posteriormente la arquitectura y la elocuencia.

Las ideas de Batteaux se aceptaron a nivel universal, de manera que a partir del s. XVIII los oficios manuales se consideraron oficios, quedando excluidos de las artes. Lo mismo sucedió con las ciencias, entre ellas la medicina, que en este momento dejó de incluirse dentro de las artes. De acuerdo a Batteaux, la característica común a las bellas artes es la imitación de la naturaleza

En el siglo XX surgieron nuevos cuestionamientos a partir de la aparición de disciplinas tales como la fotografía y el cine. Se consideró entonces que un objeto puede o no ser un objeto artístico, dependiendo del propósito de su productor. Sin embargo, esta idea presentaba el problema de que en ocasiones se produce una obra de arte sin la intención de que tal objeto sea artístico.

Para los movimientos de vanguardia (surrealismo, futurismo, abstraccionismo, expresionismo, etcétera) del s. XX, surgidos a partir del simbolismo y el expresionismo del s. XIX, a) el arte no es un entidad aislada, sino que forma parte de la cultura; b) sin embargo, debido a sus cualidades y sus lenguajes, constituye una realidad aparte, independiente de la realidad del mundo y de la naturaleza; c) su objetivo es dar vida a las obras de arte, las cuales se valoran en sí mismas, independientemente de la vida, las ideas o las destrezas del creador.



Estas ideas cambiaron a finales del siglo XX y principios del XXI. Actualmente hay quien considera que a) la cultura de masas es dañina para el arte; b) el arte es el concepto que se crea en la mente del espectador al contemplar el objeto artístico (arte conceptual); c) el arte se fusiona con la realidad; d) el arte no es sólo la producción, sino también el producto (los surrealistas afirmaban que sólo se interesaban por la creatividad y no por el producto).

Vemos, por tanto, que si el concepto de arte ha ido variando a lo largo de la historia, intentar definirlo no es una tarea sencilla. Autores como Formaggio aseguran que “arte es todo lo que los hombres llaman arte”; otros, como Dufrenne, afirman que “arte es todo aquello que es reconocido como tal y propuesto a nuestro asentimiento”.

Hay que tomar en cuenta que el arte no es solamente un hecho individual, sino que tiene también un carácter social y que es en el ámbito social donde se cuestiona y define. Lo mismo sucede con la calidad artística, que no es algo propio de la obra, sino una atribución de valor que no puede separarse de las normas, intereses, convenciones y gustos imperantes en el momento en que se producen o interpretan las obras de arte. Cada sociedad de determinada época discute y crea normas y convenciones acerca del valor artístico de las obras.

En cuanto a las obras de arte consideradas como obras maestras de todas las épocas, es importante tomar en cuenta el momento en que se produjeron; es decir, vincular la obra a su contexto histórico, social y político, de manera que podamos entenderla en el marco de su momento de producción y a la vez relacionarla con nuestro propio momento y darle un nuevo sentido.

A lo largo de la historia, el arte ha dado salida a la necesidad humana de comunicar y compartir experiencias subjetivas (sentimientos, emociones, sueños, temores, etcétera), que de otra manera sería imposible abordar. Sin embargo, y dado que la subjetividad humana se ha transformado a lo largo del tiempo, el arte no sólo adopta formas diferentes según las épocas, lugares y culturas, sino que desempeña también funciones diferentes, surge de motivos diversos y satisface necesidades específicas.

El arte representa objetos ya existentes y construye otros que no existían; aborda el mundo externo al hombre, pero expresa su visión interior; estimula la vida interna del artista, pero también la del receptor, al que proporciona satisfacción, emoción, impresión, etcétera.

Una de las constantes que se observa en la historia del concepto de arte es la búsqueda de la belleza. Sin embargo, actualmente el concepto de belleza es entendido como aquello que produce placer estético en el receptor. La percepción de la obra de arte puede así desencadenar en el espectador efectos que lo desbordan emocionalmente, lo cuestionan, lo enfrentan con su realidad y con sus deseos.

Tenemos entonces que el objeto artístico, como manifestación del artista en un contexto determinado, se completa en el momento del encuentro con el espectador. La obra creada por el artista es construida de nuevo en la mirada del espectador. El artista se manifiesta a partir de la obra y ésta a partir de los espectadores, que a su vez se manifiestan en la obra.

En este sentido, el objeto de arte constituye un puente entre el artista y los espectadores. Es por ello que la experiencia artística exige la afección emocional del espectador. Si este intercambio no se produce, si se olvida que los datos de los sentidos y del intelecto son importantes, pero que la parte emocional también lo es y que un polo debe revertir en el otro, el material artístico no habrá funcionado como tal. Al intentar profundizar en este aspecto íntimo del fenómeno artístico, algunas personas no pueden expresar el motivo por el cual admiran una obra o a un artista, pero sienten hacia ellos una profunda relación de intimidad y complicidad.

El arte plantea más preguntas que respuestas, lo que suele ser percibido como algo incómodo. Cualquier interpretación parecerá siempre incompleta, pues el sentido último de la obra es provocar experiencias, sujetas al instante a través de emociones y sensaciones. El potencial formativo del arte es precisamente esta indefinición, que nos reta continuamente a la búsqueda de respuestas.

Si tomamos en cuenta que la obra de arte es la expresión individual y única de un creador, pero también de un momento histórico y de una cultura (ya que condensa las ideas de un contexto social manteniendo su complejidad), el arte puede ser considerado como un puente de comunicación entre individuos que han existido en momentos y culturas diferentes.

1.2 El arte griego

Es bien sabido que la cultura griega constituye la base de la cultura occidental, en tanto que, como señala Lucrecio, en algún momento se separa de la tradición oriental. El advenimiento del logos (discurso que da razón de las cosas) abrió paso al pensamiento racional y dejó atrás al pensamiento especulativo. Es la filosofía la que, en última instancia, logra establecer la diferencia entre la cultura oriental y la occidental, al poner énfasis en el hombre y su mortalidad: es él la medida del mundo y esta conciencia se reflejará directamente el arte.

Los griegos buscaban, en primer lugar, una belleza sensible en la obra de arte, la cual se lograba a partir de la imitación de la naturaleza, intentando encontrar sus proporciones y las leyes que la rigen y, con ello, la perfección. Aristóteles ve en el artista a aquel que modela una materia informe, convirtiéndola en un producto formal de acuerdo a ciertos cánones o reglas relacionados con la simetría y el equilibrio presentes en la naturaleza.



El arte griego se desarrolló en Grecia y sus colonias entre el año 1100 a.C. y el siglo I a.C. Se caracterizó por la representación naturalista de la figura humana, no sólo en el aspecto formal, sino también en la intención expresiva del movimiento y las emociones. El cuerpo humano, tanto en las representaciones de dioses como en las de seres humanos, se convirtió así en el motivo fundamental del arte griego, asociado a los mitos, la literatura y la vida cotidiana.

El atletismo, tan cultivado por estos pueblos, brindó a los artistas sus mejores modelos. La sencillez, el ritmo, la claridad y la unidad dominan todas sus formas artísticas. Grecia es una pequeña península situada al sureste de Europa. Ahí nacieron las primeras ideas que dieron forma a la cultura occidental, de tal modo que nuestros conocimientos y modos de pensar son una consecuencia de la filosofía, la ciencia y el arte de los griegos.

Se han conservado pocos ejemplos intactos o en su estado original de la arquitectura y escultura monumental, y en el ámbito pictórico no conocemos grandes ciclos decorativos. Sin embargo, se conservan importantes vasos cerámicos, monedas, joyas y gemas, que junto con las pinturas funerarias etruscas nos ofrecen algunas pistas sobre las características del arte griego. Estos restos se complementan con los relatos de las fuentes literarias. Algunos viajeros, como el romano Plinio el Viejo o el historiador y geógrafo griego Pausanias, vieron in situ muchos de los objetos artísticos que se conservan hoy día deteriorados o en mal estado y sus relatos nos ofrecen bastante información acerca de algunos artistas y sus principales obras.



La función principal de la arquitectura, pintura y escultura monumental hasta aproximadamente el año 320 a.C., fue de carácter público, ocupándose de asuntos religiosos y de la conmemoración de los acontecimientos civiles más importantes, como las competencias atléticas. Los ciudadanos sólo utilizaron las artes plásticas para la decoración de sus tumbas. Sin embargo, las artes decorativas se dedicaron sobre todo a la producción de objetos de uso privado. El ajuar doméstico contenía un gran número de vasijas de terracota pintadas, con elegantes acabados, y las familias más ricas poseían vasijas de bronce y espejos. Muchos objetos realizados en terracota y bronce incorporaron pequeñas figurillas y bajorrelieves.

En cuanto a los materiales, los arquitectos griegos construyeron la mayoría de sus edificios en mármol o piedra caliza, utilizando la madera y las tejas para las techumbres. Los escultores labraron el mármol y la caliza, modelaron la arcilla y fundieron sus obras en bronce. Las grandes estatuas votivas se esculpieron en láminas de bronce o se recubrieron con oro y marfil sobre estructuras internas de madera. Algunas veces se realizaban por separado las cabezas o los brazos extendidos, que posteriormente se unían al torso. La escultura en piedra y en arcilla estuvo total o parcialmente pintada con pigmentos brillantes. Los pintores griegos emplearon colores al agua para pintar grandes murales o vasijas decoradas. Los ceramistas modelaban sus vasijas en tornos de alfarero y cuando se secaban las pulían, pintaban y cocían.

En la arquitectura griega no se empleó ni el arco ni la bóveda. El elemento sustentador de sus monumentales obras fueron las columnas. Los diferentes tipos y formas de columnas dieron origen a los famosos órdenes arquitectónicos griegos: dórico, jónico y corintio.

La escultura griega no está sujeta ni a reglas ni a convencionalismos. El escultor tiene gran libertad; sin embargo, busca y logra la perfección humana. Es una manifestación dedicada a exaltar la fuerza física, la perfección de los rasgos y el movimiento

Muy poco es lo que se conoce de la pintura griega; sin embargo, sabemos que su maestría se manifestaba en los increíbles efectos de realismo. Pero se ha perdido casi todo y lo que ha quedado son copias y fragmentos. En cuanto a la cerámica, podemos decir que ésta constituye la mejor y más variada expresión en lo que a decorado y pintura se refiere. Con un estilo y técnicas propias, se caracteriza por tener formas variadas y originales, predominan los elementos geométricos dispuestos en franjas. Encontramos aquí figuras en rojo sobre fondo negro o fondo rojo y figuras negras, predominando las formas animales y humanas.

El arte griego se divide normalmente en periodos artísticos que reflejan sus cambios estilísticos. Las compartimentaciones cronológicas son las siguientes: 1) periodos geométrico y orientalizante (c. 1100 a.C.-650 a.C.); 2) periodo arcaico (c. 660 a.C.-475 a.C.); 3) periodo clásico (c. 475 a.C.-323 a.C.); 4) periodo helenístico (c. 323 a.C.-31 a.C.).

1.3 El arte en la Edad Media

La Edad Media es el gran periodo creador de la cultura occidental. Enraizándose en la cultura grecorromana, en la que se fundamenta, la vitalizan un nuevo espíritu y un nuevo sentido de la finalidad del arte y la belleza. Por ello, podemos afirmar que la cultura medieval no supone un corte respecto a la cultura grecorromana y en ningún momento puede ser considerada como un paréntesis en la evolución de la cultura occidental.

El arte de la Edad Media está estrechamente ligado al pensamiento religioso, en especial al cristianismo. Más que una belleza sensible, basada en la imitación de la naturaleza, el arte medieval busca una belleza sustentada en formas geométricas, lo cual marca una diferencia en relación a la herencia griega. En la Edad Media se observa un interés por lo que esta más allá de lo sensible. Se trata de la belleza de la idea, relacionada con la obra y lo que ésta simboliza. A los artistas medievales no les preocupa demasiado la imitación de la realidad, es por ello que el arte, en especial la pintura, posee una marcada esquematización.



San Agustín reconoce la belleza sensible captada por el ojo, pero la considera una belleza no completa, ya que no está por encima de las almas. Para que la obra sea completamente bella debe haber en ella una idea o un concepto, basado en símbolos que puedan ser descifrados, para alcanzar el goce de la comprensión espiritual. La gran belleza radica entonces en la combinación de una belleza sensible y otra conceptual (invisible) en la obra. De acuerdo a San Agustín, el artista conjuga en la obra una doble mimesis: imita la belleza real de la naturaleza, por un lado, y copia imágenes conceptuales surgidas en su interior, por el otro.

Todo lo anterior es resultado de la irrupción en el mundo occidental de la espiritualidad cristiana. Desde el punto de vista del contenido, y de la razón de ser de la evolución de las formas del arte medieval, es evidente que el carácter cristiano es básico. De ahí que deba considerarse estrictamente medieval el arte cristiano antiguo o paleocristiano, pues sin él tendríamos una visión carente de base de la dinámica artística medieval.

Esta base espiritual, cristiana y monoteísta, y su fundamentación en textos (el Nuevo Testamento), encuentra su paralelo en la gran cultura islámica, que en este periodo se inicia. Cristianismo e islamismo son los dos motores que vitalizan la cultura occidental medieval, ya que el arte asiático, el africano y el americano quedan fuera de ella.



El germanismo es otro factor esencial en la consideración y génesis del arte medieval, que se caracteriza por el desplazamiento de los centros creadores a las zonas periféricas del antiguo Imperio Romano. Son estas zonas los que crean propiamente la cultura medieval y fundamentan su dinámica. En este periodo, no obstante, no existe un solo centro o una zona creadora determinada sino que, fragmentada la unidad política, únicamente subsistente la unidad basada en la común espiritualidad, esta aportación tan diversa da como resultado la creación de los estilos que jalonan las diferentes etapas de la Edad Media. Esta proliferación de centros creadores, que toman la dirección espiritual de Europa, es una de las características más importantes de la cultura medieval.

1.4 El Renacimiento Europeo

El Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia occidental que marcó el paso del mundo medieval al mundo moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo, por tanto, más allá de lo puramente artístico.



Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope es 1492, con el descubrimiento de América.

El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuña en su obra Vidas de los más ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antigüedad clásica (arte griego y romano). El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX.

Será a partir de este momento cuando cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, y del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas.



El Renacimiento es ante todo, un espíritu que transforma no sólo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara ruptura con espíritu teológico (espiritual cristiano) de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medioevo, y esto es claramente apreciable en el terreno artístico.

El hombre renacentista se centra en el estudio de la cultura clásica, en el estudio del hombre como individuo y en su capacidad intelectual para el estudio de todos los campos del saber: ciencia, filosofía, arte, etc. El ideal es un hombre completo, armónicamente desarrollado en lo físico y en lo espiritual que no limita su saber a un campo concreto, sino abierto a lo universal. La plena confianza que se tiene en el hombre da lugar al antropocentrismo. El prototipo de humanista lo encontramos en Leonardo da Vinci. El intelectualismo de este periodo produjo grandes avances en el mundo de las ciencias, acrecentado por el descubrimiento de la imprenta que ayudó a la difusión de los saberes por todas las cortes europeas. El hombre en el terreno científico trata de profundizar en las aplicaciones y fundamentos de la ciencia; así hay un gran desarrollo de la oftalmología; las cátedras de cirugía y anatomía en las universidades serán desarrolladas por los médicos, que se van dirigiendo cada vez más por el camino práctico. Tal es el caso de Miguel Servet, que publicó el Tratado de Terapéutica donde manifiesta ser el descubridor de la circulación pulmonar, dejando la puerta abierta para que posteriormente se descubra la circulación de la sangre.