lunes, 4 de febrero de 2013

Unidad 1



Unidad 1. El arte

Competencia intermedia

Analizar la obra artística como una expresión cultural para elaborar una definición propia del arte.

1.1 El concepto de arte

El concepto de arte ha variado a lo largo de la historia. En el mundo griego, el arte no comprendía solamente las llamadas bellas artes, sino también los oficios manuales, ya que de acuerdo a su mentalidad, el arte se relacionaba tanto con la habilidad manual, como con la mental. Por este motivo, los médicos, al lado de los carpinteros, escultores y pintores, eran considerados demiurgos, término que alude a los actuales artesanos y artistas por igual. Cabe señalar que en el mundo griego no existía la distinción que hacemos actualmente entre ellos.

Galeno, padre de la medicina, definió el arte como un conjunto de preceptos universales, adecuados y útiles, que sirven a un propósito establecido.

En esa época de la historia occidental, las artes se clasificaban de acuerdo a su utilidad y a su práctica. Las que requerían de un esfuerzo mental eran llamadas artes liberales. Por su parte, las que exigían un esfuerzo físico eran denominadas artes vulgares. La práctica de la medicina era considerada una actividad dentro de las artes liberales.

Las artes liberales eran percibidas como infinitamente superiores a las comunes o vulgares en el mundo grecorromano. El arte de un escultor o un pintor, por ejemplo, se consideraba vulgar, mientras que el médico era un artista más importante y respetado.

En la Edad Media continúa considerándose al arte como una habilidad o destreza cuya importancia reside en su utilidad. En esta época se institucionaliza la clasificación de las artes y se hace una distinción entre artes liberales y artes mecánicas. Así, por ejemplo, la arquitectura y las actuales artes plásticas forman parte de las denominadas artes mecánicas, inferiores respecto a las artes liberales, tales como la gramática, la lógica, la retórica, la aritmética, la geometría, la astronomía, la música y, por supuesto, la medicina.

En el siglo 12, Radulf de Campo Lungo, “el ardiente”, clasificó las artes de la siguiente manera:

Ars victuaria: artes relacionadas con la alimentación.

Ars lanificaria: artes relacionadas con el vestido.

Architectura: arte relacionada con el cobijo.

Ars suffragatoria: arte relacionada con los medios de transporte.

Ars negotiatoria: arte de intercambiar mercancías.

Ars militaria: arte de defenderse del enemigo.

Medicina: arte de curar las enfermedades.

Por su parte, también en el siglo 12, Hugo de San Victor las clasificó como: Lanifium, Armatura, Navigatio, Agricultura, Venatio, Theatrica y Medicina.

El arte de la poesía no aparece en estas clasificaciones, ya que es considerada un tipo de filosofía o profecía. Tampoco aparecen la pintura ni la escultura, debido a que la utilidad de las artes visuales es considerada como algo marginal.

Es en el Renacimiento cuando empieza a hacerse una distinción entre las bellas artes y los oficios. La belleza comenzó a valorarse y los artistas empezaron a ver una diferencia entre su actividad y la de los artesanos, considerando que la suya (la artística) era superior.

Tomando como ejemplo la escultura, vemos que a finales del s. XV, Angelo Poliziano, en su Enciclopedia, utilizó cinco conceptos para definir a los escultores: statuarii (quienes trabajaban la piedra), caelatores (metal), sculptores (madera), fictores (arcilla), encausti (cera). Fue en el s. XVI cuando se denominó escultores a todos los que trabajaban con los distintos materiales.

Aún cuando en el Renacimiento las obras de los escultores continuaban relacionándose con la destreza, se les denominaron arti de disegno, ya que el diseño (el dibujo) era lo que tenían en común. Sin embargo, y aunque en el s. XV se intentó, no había una relación conceptual que uniera las artes de diseño a la música, la poesía y el teatro, conformando un todo coherente.




A fines del s. XVI, Marsiglio Ficino, director de la Academia Platónica de Florencia, incluyó dentro de las artes liberales a la arquitectura, la pintura y la poesía, argumentando que es la música la que inspira a los creadores, oradores, poetas, escultores y arquitectos.

En 1555, Giovanni Pietro Capriano definió como artes nobles a la poesía, la pintura y la escultura, argumentando que son más perfectas, nobles y duraderas que otras.

En 1572, Lodovico Castelvetro hizo una distinción entre las artesanías, que producen objetos útiles que el hombre necesita, y las artes (pintura, escultura y poesía), que sirven para mantener la memoria de las cosas o de los acontecimientos.

En el s. XVI, se consideró que el elemento común de las artes era la armonía, la cual representa una fuente de placer para el espectador, agregando la idea de que actúa por medio de la belleza.

No fue sino hasta el siglo XVIII cuando Charles Batteaux habló por primera vez de las Bellas Artes, considerando que eran 5 en total: pintura, escultura, música, poesía y danza, a las cuales añadió posteriormente la arquitectura y la elocuencia.

Las ideas de Batteaux se aceptaron a nivel universal, de manera que a partir del s. XVIII los oficios manuales se consideraron oficios, quedando excluidos de las artes. Lo mismo sucedió con las ciencias, entre ellas la medicina, que en este momento dejó de incluirse dentro de las artes. De acuerdo a Batteaux, la característica común a las bellas artes es la imitación de la naturaleza

En el siglo XX surgieron nuevos cuestionamientos a partir de la aparición de disciplinas tales como la fotografía y el cine. Se consideró entonces que un objeto puede o no ser un objeto artístico, dependiendo del propósito de su productor. Sin embargo, esta idea presentaba el problema de que en ocasiones se produce una obra de arte sin la intención de que tal objeto sea artístico.

Para los movimientos de vanguardia (surrealismo, futurismo, abstraccionismo, expresionismo, etcétera) del s. XX, surgidos a partir del simbolismo y el expresionismo del s. XIX, a) el arte no es un entidad aislada, sino que forma parte de la cultura; b) sin embargo, debido a sus cualidades y sus lenguajes, constituye una realidad aparte, independiente de la realidad del mundo y de la naturaleza; c) su objetivo es dar vida a las obras de arte, las cuales se valoran en sí mismas, independientemente de la vida, las ideas o las destrezas del creador.



Estas ideas cambiaron a finales del siglo XX y principios del XXI. Actualmente hay quien considera que a) la cultura de masas es dañina para el arte; b) el arte es el concepto que se crea en la mente del espectador al contemplar el objeto artístico (arte conceptual); c) el arte se fusiona con la realidad; d) el arte no es sólo la producción, sino también el producto (los surrealistas afirmaban que sólo se interesaban por la creatividad y no por el producto).

Vemos, por tanto, que si el concepto de arte ha ido variando a lo largo de la historia, intentar definirlo no es una tarea sencilla. Autores como Formaggio aseguran que “arte es todo lo que los hombres llaman arte”; otros, como Dufrenne, afirman que “arte es todo aquello que es reconocido como tal y propuesto a nuestro asentimiento”.

Hay que tomar en cuenta que el arte no es solamente un hecho individual, sino que tiene también un carácter social y que es en el ámbito social donde se cuestiona y define. Lo mismo sucede con la calidad artística, que no es algo propio de la obra, sino una atribución de valor que no puede separarse de las normas, intereses, convenciones y gustos imperantes en el momento en que se producen o interpretan las obras de arte. Cada sociedad de determinada época discute y crea normas y convenciones acerca del valor artístico de las obras.

En cuanto a las obras de arte consideradas como obras maestras de todas las épocas, es importante tomar en cuenta el momento en que se produjeron; es decir, vincular la obra a su contexto histórico, social y político, de manera que podamos entenderla en el marco de su momento de producción y a la vez relacionarla con nuestro propio momento y darle un nuevo sentido.

A lo largo de la historia, el arte ha dado salida a la necesidad humana de comunicar y compartir experiencias subjetivas (sentimientos, emociones, sueños, temores, etcétera), que de otra manera sería imposible abordar. Sin embargo, y dado que la subjetividad humana se ha transformado a lo largo del tiempo, el arte no sólo adopta formas diferentes según las épocas, lugares y culturas, sino que desempeña también funciones diferentes, surge de motivos diversos y satisface necesidades específicas.

El arte representa objetos ya existentes y construye otros que no existían; aborda el mundo externo al hombre, pero expresa su visión interior; estimula la vida interna del artista, pero también la del receptor, al que proporciona satisfacción, emoción, impresión, etcétera.

Una de las constantes que se observa en la historia del concepto de arte es la búsqueda de la belleza. Sin embargo, actualmente el concepto de belleza es entendido como aquello que produce placer estético en el receptor. La percepción de la obra de arte puede así desencadenar en el espectador efectos que lo desbordan emocionalmente, lo cuestionan, lo enfrentan con su realidad y con sus deseos.

Tenemos entonces que el objeto artístico, como manifestación del artista en un contexto determinado, se completa en el momento del encuentro con el espectador. La obra creada por el artista es construida de nuevo en la mirada del espectador. El artista se manifiesta a partir de la obra y ésta a partir de los espectadores, que a su vez se manifiestan en la obra.

En este sentido, el objeto de arte constituye un puente entre el artista y los espectadores. Es por ello que la experiencia artística exige la afección emocional del espectador. Si este intercambio no se produce, si se olvida que los datos de los sentidos y del intelecto son importantes, pero que la parte emocional también lo es y que un polo debe revertir en el otro, el material artístico no habrá funcionado como tal. Al intentar profundizar en este aspecto íntimo del fenómeno artístico, algunas personas no pueden expresar el motivo por el cual admiran una obra o a un artista, pero sienten hacia ellos una profunda relación de intimidad y complicidad.

El arte plantea más preguntas que respuestas, lo que suele ser percibido como algo incómodo. Cualquier interpretación parecerá siempre incompleta, pues el sentido último de la obra es provocar experiencias, sujetas al instante a través de emociones y sensaciones. El potencial formativo del arte es precisamente esta indefinición, que nos reta continuamente a la búsqueda de respuestas.

Si tomamos en cuenta que la obra de arte es la expresión individual y única de un creador, pero también de un momento histórico y de una cultura (ya que condensa las ideas de un contexto social manteniendo su complejidad), el arte puede ser considerado como un puente de comunicación entre individuos que han existido en momentos y culturas diferentes.

1.2 El arte griego

Es bien sabido que la cultura griega constituye la base de la cultura occidental, en tanto que, como señala Lucrecio, en algún momento se separa de la tradición oriental. El advenimiento del logos (discurso que da razón de las cosas) abrió paso al pensamiento racional y dejó atrás al pensamiento especulativo. Es la filosofía la que, en última instancia, logra establecer la diferencia entre la cultura oriental y la occidental, al poner énfasis en el hombre y su mortalidad: es él la medida del mundo y esta conciencia se reflejará directamente el arte.

Los griegos buscaban, en primer lugar, una belleza sensible en la obra de arte, la cual se lograba a partir de la imitación de la naturaleza, intentando encontrar sus proporciones y las leyes que la rigen y, con ello, la perfección. Aristóteles ve en el artista a aquel que modela una materia informe, convirtiéndola en un producto formal de acuerdo a ciertos cánones o reglas relacionados con la simetría y el equilibrio presentes en la naturaleza.



El arte griego se desarrolló en Grecia y sus colonias entre el año 1100 a.C. y el siglo I a.C. Se caracterizó por la representación naturalista de la figura humana, no sólo en el aspecto formal, sino también en la intención expresiva del movimiento y las emociones. El cuerpo humano, tanto en las representaciones de dioses como en las de seres humanos, se convirtió así en el motivo fundamental del arte griego, asociado a los mitos, la literatura y la vida cotidiana.

El atletismo, tan cultivado por estos pueblos, brindó a los artistas sus mejores modelos. La sencillez, el ritmo, la claridad y la unidad dominan todas sus formas artísticas. Grecia es una pequeña península situada al sureste de Europa. Ahí nacieron las primeras ideas que dieron forma a la cultura occidental, de tal modo que nuestros conocimientos y modos de pensar son una consecuencia de la filosofía, la ciencia y el arte de los griegos.

Se han conservado pocos ejemplos intactos o en su estado original de la arquitectura y escultura monumental, y en el ámbito pictórico no conocemos grandes ciclos decorativos. Sin embargo, se conservan importantes vasos cerámicos, monedas, joyas y gemas, que junto con las pinturas funerarias etruscas nos ofrecen algunas pistas sobre las características del arte griego. Estos restos se complementan con los relatos de las fuentes literarias. Algunos viajeros, como el romano Plinio el Viejo o el historiador y geógrafo griego Pausanias, vieron in situ muchos de los objetos artísticos que se conservan hoy día deteriorados o en mal estado y sus relatos nos ofrecen bastante información acerca de algunos artistas y sus principales obras.



La función principal de la arquitectura, pintura y escultura monumental hasta aproximadamente el año 320 a.C., fue de carácter público, ocupándose de asuntos religiosos y de la conmemoración de los acontecimientos civiles más importantes, como las competencias atléticas. Los ciudadanos sólo utilizaron las artes plásticas para la decoración de sus tumbas. Sin embargo, las artes decorativas se dedicaron sobre todo a la producción de objetos de uso privado. El ajuar doméstico contenía un gran número de vasijas de terracota pintadas, con elegantes acabados, y las familias más ricas poseían vasijas de bronce y espejos. Muchos objetos realizados en terracota y bronce incorporaron pequeñas figurillas y bajorrelieves.

En cuanto a los materiales, los arquitectos griegos construyeron la mayoría de sus edificios en mármol o piedra caliza, utilizando la madera y las tejas para las techumbres. Los escultores labraron el mármol y la caliza, modelaron la arcilla y fundieron sus obras en bronce. Las grandes estatuas votivas se esculpieron en láminas de bronce o se recubrieron con oro y marfil sobre estructuras internas de madera. Algunas veces se realizaban por separado las cabezas o los brazos extendidos, que posteriormente se unían al torso. La escultura en piedra y en arcilla estuvo total o parcialmente pintada con pigmentos brillantes. Los pintores griegos emplearon colores al agua para pintar grandes murales o vasijas decoradas. Los ceramistas modelaban sus vasijas en tornos de alfarero y cuando se secaban las pulían, pintaban y cocían.

En la arquitectura griega no se empleó ni el arco ni la bóveda. El elemento sustentador de sus monumentales obras fueron las columnas. Los diferentes tipos y formas de columnas dieron origen a los famosos órdenes arquitectónicos griegos: dórico, jónico y corintio.

La escultura griega no está sujeta ni a reglas ni a convencionalismos. El escultor tiene gran libertad; sin embargo, busca y logra la perfección humana. Es una manifestación dedicada a exaltar la fuerza física, la perfección de los rasgos y el movimiento

Muy poco es lo que se conoce de la pintura griega; sin embargo, sabemos que su maestría se manifestaba en los increíbles efectos de realismo. Pero se ha perdido casi todo y lo que ha quedado son copias y fragmentos. En cuanto a la cerámica, podemos decir que ésta constituye la mejor y más variada expresión en lo que a decorado y pintura se refiere. Con un estilo y técnicas propias, se caracteriza por tener formas variadas y originales, predominan los elementos geométricos dispuestos en franjas. Encontramos aquí figuras en rojo sobre fondo negro o fondo rojo y figuras negras, predominando las formas animales y humanas.

El arte griego se divide normalmente en periodos artísticos que reflejan sus cambios estilísticos. Las compartimentaciones cronológicas son las siguientes: 1) periodos geométrico y orientalizante (c. 1100 a.C.-650 a.C.); 2) periodo arcaico (c. 660 a.C.-475 a.C.); 3) periodo clásico (c. 475 a.C.-323 a.C.); 4) periodo helenístico (c. 323 a.C.-31 a.C.).

1.3 El arte en la Edad Media

La Edad Media es el gran periodo creador de la cultura occidental. Enraizándose en la cultura grecorromana, en la que se fundamenta, la vitalizan un nuevo espíritu y un nuevo sentido de la finalidad del arte y la belleza. Por ello, podemos afirmar que la cultura medieval no supone un corte respecto a la cultura grecorromana y en ningún momento puede ser considerada como un paréntesis en la evolución de la cultura occidental.

El arte de la Edad Media está estrechamente ligado al pensamiento religioso, en especial al cristianismo. Más que una belleza sensible, basada en la imitación de la naturaleza, el arte medieval busca una belleza sustentada en formas geométricas, lo cual marca una diferencia en relación a la herencia griega. En la Edad Media se observa un interés por lo que esta más allá de lo sensible. Se trata de la belleza de la idea, relacionada con la obra y lo que ésta simboliza. A los artistas medievales no les preocupa demasiado la imitación de la realidad, es por ello que el arte, en especial la pintura, posee una marcada esquematización.



San Agustín reconoce la belleza sensible captada por el ojo, pero la considera una belleza no completa, ya que no está por encima de las almas. Para que la obra sea completamente bella debe haber en ella una idea o un concepto, basado en símbolos que puedan ser descifrados, para alcanzar el goce de la comprensión espiritual. La gran belleza radica entonces en la combinación de una belleza sensible y otra conceptual (invisible) en la obra. De acuerdo a San Agustín, el artista conjuga en la obra una doble mimesis: imita la belleza real de la naturaleza, por un lado, y copia imágenes conceptuales surgidas en su interior, por el otro.

Todo lo anterior es resultado de la irrupción en el mundo occidental de la espiritualidad cristiana. Desde el punto de vista del contenido, y de la razón de ser de la evolución de las formas del arte medieval, es evidente que el carácter cristiano es básico. De ahí que deba considerarse estrictamente medieval el arte cristiano antiguo o paleocristiano, pues sin él tendríamos una visión carente de base de la dinámica artística medieval.

Esta base espiritual, cristiana y monoteísta, y su fundamentación en textos (el Nuevo Testamento), encuentra su paralelo en la gran cultura islámica, que en este periodo se inicia. Cristianismo e islamismo son los dos motores que vitalizan la cultura occidental medieval, ya que el arte asiático, el africano y el americano quedan fuera de ella.



El germanismo es otro factor esencial en la consideración y génesis del arte medieval, que se caracteriza por el desplazamiento de los centros creadores a las zonas periféricas del antiguo Imperio Romano. Son estas zonas los que crean propiamente la cultura medieval y fundamentan su dinámica. En este periodo, no obstante, no existe un solo centro o una zona creadora determinada sino que, fragmentada la unidad política, únicamente subsistente la unidad basada en la común espiritualidad, esta aportación tan diversa da como resultado la creación de los estilos que jalonan las diferentes etapas de la Edad Media. Esta proliferación de centros creadores, que toman la dirección espiritual de Europa, es una de las características más importantes de la cultura medieval.

1.4 El Renacimiento Europeo

El Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia occidental que marcó el paso del mundo medieval al mundo moderno. Es un fenómeno muy complejo que impregnó todos los ámbitos yendo, por tanto, más allá de lo puramente artístico.



Para muchos autores empieza en 1453 con la conquista turca de Constantinopla. Según otros es un nuevo periodo que surge desde el descubrimiento de la imprenta, e incluso se considera que no se produce hasta que Copérnico descubre el sistema heliocéntrico; pero la fecha tope es 1492, con el descubrimiento de América.

El término Renacimiento deriva de la expresión italiana rinascita, vocablo usado por primera vez por el literato Petrarca y revalorada por el arquitecto y teórico Giorgio Vasari, que la delimita en el mismo momento histórico en que tuvo lugar este movimiento cultural. Vasari lo acuña en su obra Vidas de los más ilustres artistas para referirse a un movimiento que hace resucitar en el arte y la cultura los valores espirituales de la antigüedad clásica (arte griego y romano). El término no empieza a utilizarse hasta el siglo XVI, pero no será consagrado en sentido histórico, social y cultural hasta mediados del siglo XIX.

Será a partir de este momento cuando cobrará fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, y del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas.



El Renacimiento es ante todo, un espíritu que transforma no sólo las artes, sino también las ciencias, las letras y formas de pensamiento. En su conjunto se ha visto una clara ruptura con espíritu teológico (espiritual cristiano) de la Edad Media, sin embargo la ruptura no se produce de manera violenta porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medioevo, y esto es claramente apreciable en el terreno artístico.

El hombre renacentista se centra en el estudio de la cultura clásica, en el estudio del hombre como individuo y en su capacidad intelectual para el estudio de todos los campos del saber: ciencia, filosofía, arte, etc. El ideal es un hombre completo, armónicamente desarrollado en lo físico y en lo espiritual que no limita su saber a un campo concreto, sino abierto a lo universal. La plena confianza que se tiene en el hombre da lugar al antropocentrismo. El prototipo de humanista lo encontramos en Leonardo da Vinci. El intelectualismo de este periodo produjo grandes avances en el mundo de las ciencias, acrecentado por el descubrimiento de la imprenta que ayudó a la difusión de los saberes por todas las cortes europeas. El hombre en el terreno científico trata de profundizar en las aplicaciones y fundamentos de la ciencia; así hay un gran desarrollo de la oftalmología; las cátedras de cirugía y anatomía en las universidades serán desarrolladas por los médicos, que se van dirigiendo cada vez más por el camino práctico. Tal es el caso de Miguel Servet, que publicó el Tratado de Terapéutica donde manifiesta ser el descubridor de la circulación pulmonar, dejando la puerta abierta para que posteriormente se descubra la circulación de la sangre.

viernes, 1 de febrero de 2013

Ejercicios Unidad 1

Ejercicios

I. Discusiones sobre el concepto de arte.

1. Si el rasgo distintivo del arte es que produce belleza (Platón), ¿cómo podemos definir la belleza?, ¿en qué sentido la fotografía de un cuerpo mancillado o de un montón de basura es artística?

2. Si el rasgo distintivo del arte es la expresión de la subjetividad humana (Benedetto Croce, Kandinsky), ¿cómo se reflejan esas emociones, sueños, temores o deseos en el espectador al contemplar la obra?

3. Si el rasgo distintivo del arte es que por medio de él se produce la experiencia estética (efecto emotivo en el receptor), ¿cómo acercarnos a la obra con nuestras emociones sin intentar entenderla en un primer momento, sino fluyendo con ella, en ella?

4. Si el rasgo distintivo del arte es la creación de la forma (Aristóteles), ¿cómo puede esta forma expresar las emociones humanas?

5. Si el rasgo distintivo del arte es su afán de perfección (Diderot). ¿Cuáles son los criterios de tal perfección?

6. Si el rasgo distintivo del arte es la creatividad, ¿cuál es la diferencia entre arte y medicina o entre arte y tecnología?

7. Si el rasgo distintivo del arte es que descubre e identifica nuestras experiencias y nuestra realidad interior, ¿qué hacer con ese descubrimiento?, ¿para qué sirve?

8. Si el arte es un modo de comunicar y aprehender aquello que de otro modo es imposible captar, ya que excede de la experiencia humana, ¿por qué es importante percibir ese tipo de material y de información?


II. Sobre el arte griego:

1. ¿Cuáles son las características más importantes del arte griego?

2. Si te pidieran que relacionaras el arte griego con una película, ¿cuál elegirías y por qué?

3. Si tuvieras que relacionar el arte griego con la personalidad de un amigo, ¿a quién se parecería y por qué?


III Sobre el arte medieval:

1. ¿Cuáles son las características más importantes del arte medieval?

2. ¿Cuáles son las diferencias entre el arte griego y el arte medieval?

3. Si tuvieras que relacionar el arte medieval con la personalidad de un amigo, ¿a quién se parecería y por qué?


IV. Sobre el arte renacentista:

1. ¿Cuáles son las características más importantes del Renacimiento?

2. Si tuvieras que relacionar el Renacimiento con alguien de tu familia, ¿a quién elegirías y por qué?

3. Si el Renacimiento se alimentó del arte griego, ¿en qué se parece y en qué es diferente de éste último?

4. Si tuvieras que relacionar el Renacimiento con un lugar que conozcas, ¿a cuál se elegirías y por qué?


V. Elabora un pequeño escrito sobre tu propia definición de arte.